Segundas partes sí pueden ser buenas
Por Rubén
Esto de las crónicas deportivas las más de las veces está plagado de tópicos y lugares comunes.
Hacer referencia a que tal partido ha hecho honor a las características de un͞ derbi, de partido de gran rivalidad o como dicen en Argentina, de un clásico, resulta muy manido. Sin embargo, quien asistió al encuentro del pasado sábado entre el cadete femenino de La Jota A y Colores pudo comprobar como, en muchas ocasiones, efectivamente se hace honor a esa consideración.
Como si de un Boca-River, un Manchester-Liverpool, un Madrid-Barcelona o un Lakers-Celtics, se tratara, en la particular Bombonera del colector, el duelo reunió muchos de los ingredientes de un gran clásico. Afición, pasión, rachas de buen juego y nervios. Sobre todo de estos últimos, muchos nervios. Quizá demasiados. Los dos equipos se conocen y se reconocen. Muchas de las jugadoras están acostumbradas a competir con sus rivales y, dentro de unas semanas, tendrán ocasión de compartir camiseta, la de la selección aragonesa.
Hablábamos de los nervios. Fueron precisamente la clave de los primeros compases. Imprecisiones, balones perdidos, errores en los pases, fallos en la selección del disparo… Los primeros minutos fueron para las visitantes, que llegaron a colocarse 1-4, espoleadas por su afición. Pareciera como si las joteras todavía se estuvieran quitando las legañas, como se dice gráficamente, todavía no habían bajado del autobús. Tampoco andaban especialmente certeras las chicas de Colores, pero una mayor concentración parecía que bastaba.
La máquina, sin embargo, no tardaría en engrasarse. Las joteras encontraron la vena y empezaron a lanzar sus ataques afilando el aguijón. Descubrieron que el extremo izquierdo ofrecía una puerta por la que poder entrar y comenzar a cimentar la victoria. Por allí entró Ali. Los cuatro primeros goles locales vinieron por ese flanco, lo que motivó las protestas del entrenador visitante a sus jugadoras. El siguiente paso fue fortalecer la defensa y serenar el ataque.
Habrá que hablar con la Federación para que los partidos comiencen quince minutos más tarde. Porque fue en el ecuador del primer tiempo cuando La Jota se encontró a sí misma y comenzó a moverse con la precisión de un reloj suizo. Se había llegado tarde al partido, pero ya estaban ahí. El descanso dejaba un buen sabor de boca, por aquello del regusto que queda tras ingerir un plato que tiene un final dulce, a pesar de que al inicio haya parecido amargo.
Volviendo a los tópicos de los partidos de gran rivalidad, el entreacto no estuvo exento de polémica. La pareja arbitral decidió otorgarle un gol de más a las locales que muy pocos vieron en la cancha. Quien más quien menos recordó los tantos escamoteados al contrario en capítulos pasados de este mismo enfrentamiento.
Pero lo mejor estaba por llegar. Del vestuario las locales llegaron dispuestas a dejar claro este año quién es el rival a batir. Un fulgurante inicio de la reanudación abrió un hueco importante en el marcador. Las amarillas desplegaron todas sus herramientas con una defensa rápida y contundente que sabe anticiparse, unas transiciones que, en esta ocasión sí, eran un visto y no visto de portería a portería y una definición letal. A todos esos recursos hay que sumarle el descaro y la fantasía. Una vez más hubo tiempo hasta para ensayar un fly, esta vez en un partido de altos vuelos. Una vez más a la tercera llegó la vencida y el gol subió al marcador.
Este buen trabajo, además, tuvo otra clave: el fenomenal trabajo colectivo. Fue el primer partido de la temporada en el que todas las jugadoras intervinieron. Claudia, por fin, superó su lesión y pudo estar en la cancha junto a sus compañeras mientras que Antía, ingresada en la enfermería esta semana, también pudo salir simbólicamente para dar el relevo a una Elvira que fue un valladar. Todas las jugadoras aportaron su grano y el resultado dejó poco lugar a las dudas. Brillante y merecida victoria sobre un digno y exigente rival.
Las caras de satisfacción cuando los árbitros pitaron el final eran el mejor resumen de un partido que, volviendo a los tópicos a los que al principio hacía referencia, son de los que hacen afición. Como último apunte, la deportividad reinante en todo momento entre los equipos y sus aficiones, un buen ejemplo de lo que tiene que ser el deporte, por mucha rivalidad que haya en el terreno de juego.
Ficha técnica:
La Jota A (28): Elvira, Antía, Irene, Claudia Martínez, Alicia (6), Sandra (2), Alba (5), Claudia, Eva, Lucía Guarc (4), Lucía Llera (1), Raquel
Bm Colores (16)